Las Emociones Asociadas al Control Obsesivo


fuente: Por: Mirta Dall`Occhio
He observado que tanto los pacientes con trastorno obsesivo de la personalidad como los pacientes con trastorno obsesivo compulsivo persiguen un ideal de mundo personal que construyen en su imaginario y no ahorran esfuerzos ni miden costos para obtenerlo. Es frecuente encontrar pacientes que plantean metas en las distintas áreas de su vida tan idealizadas que dan poco o ningún margen al disfrute y la relajación. Sostienen actividades físicas y mentales persiguiendo sus metas sin tomar conciencia que son ellos con su única vida y su único cuerpo en el tiempo y espacio los que deben llevar a cabo el trabajo que los acerque al objetivo. Aparecen dificultades para reconocer los propios límites de recursos, ya sea tiempo, fuerza, capacidades o apoyos.
El perfeccionismo y la sobreexigencia se asocian en lo que algunos pacientes relatan con el “querer es poder” que vuelve a negar las diferencias de recursos y medios que a cada uno lo posicionan en sus circunstancias.
Borran las diferencias y omiten que parecido no es igual.
Usualmente están bajo mucho estrés, fatigados o con síntomas físicos, ya que su exigencia no les da tregua.
Tienen problemas con el sentido del humor, se toman la vida tan rígidamente que si desdramatizamos algo, o nos reímos de una idea, sólo de una idea pueden ofenderse “cómo te burlarás vos de los pacientes”. Les resulta difícil entender que otra persona pueda hacer cosas de manera responsable u obtener un buen resultado sin sobreexigirse, si se ríe o tiene sentido del humor les resulta sospechoso. Confunden seriedad con solemnidad. Son fáciles de ofender.
Sobrevaloran su pensamiento sin considerarlo una herramienta más de aproximación al conocimiento de los hechos, incluso en detrimento de las propias percepciones visuales, auditivas, kinestésicas. Tienen grave problema para hacerse cargo que hay un aspecto de su pensamiento que procesa la información del mundo de manera disfuncional. Piensan desafiando las evidencias o pruebas de realidad. Sufren de manera crónica y tienen periodos de alivio con recaídas frecuentes. Su tendencia al control indica claramente que creen que pueden hacer con la vida y sus circunstancias más de lo que en realidad depende de ellos.

He observado que estos pacientes rehuyen a la sensación de incertidumbre, ya que les resulta desorganizante para el sistema entrar en contacto con esta emoción. Intentan resolver rápidamente con un acto compulsivo o ritual mental. Lo que cuenta es restaurar rápidamente la idea de estar en control para bajar la ansiedad. Por lo tanto se observa en estos pacientes:

*Sobrevaloración del propio pensamiento
*Fusión Pensamiento y acción con consecuencias morales
*Perfeccionismo y sobreexigencia
*Responsabilidad excesiva
*Sobreestimación del peligro
*Dificultad en la integración de diferencias
*Importancia del control
*Intolerancia a la incertidumbre.

Centraré mi atención en la Intolerancia a la incertidumbre
Estos pacientes no toleran la incertidumbre, negando que vivimos en un mundo que guarda un delicado equilibrio entre lo estable y lo cambiante, entre lo previsible y el imprevisto, que es allí en donde nuestra vida se desarrolla en este permanente cruce de variables geopolíticas, ambientales, económicas, sociales y psicofísicas.
Intentan buscar certezas y reducir a cero los riesgos de la variable en cuestión con muchas dificultades para aceptar que eso nunca sucedió ni sucederá en el planeta. Ya que vivir conlleva riesgos. Podemos minimizar algunos pero inexorablemente hemos vivido desde nuestro origen y hasta nuestro último día con distintos riesgos en grado variable, los conozcamos o no. En el trabajo clínico exploro con ellos sus creencias acerca de lo permanente inherente a la vida desde el comienzo hasta el final. ¿Qué piensa acerca de la continuidad del ser humano desde que nace hasta su muerte? Hablamos de lo que se repite y garantiza la permanencia del si mismo, del ser esencial, rastreo sus creencias acerca de la vida, con el fin de observar cómo se explica la idea de sostén, permanencia y trascendencia, si es que la tiene o si no, que apoye en la parte material de su existencia en su ADN.
Trabajo con el paciente para que recupere la idea de base, de sostén que está allí siempre y en ese plano el tránsito vital transcurre. Me parece una parte importante del trabajo en particular con estos pacientes el rastreo y la reestructuración de creencias acerca de la continuidad y permanencia desde el origen hasta la muerte, ya que he observado en el curso de los tratamientos que ante el contacto con la sensación de incertidumbre, inherente por cierto a los procesos vitales, estos pacientes rehuyen con conductas de evitación, ya sea campos comportamentales o mentales. Creo que les resulta desorganizante para el sistema puesto que no confían en que todo pasa, y no pueden esperar que la emoción displacentera se resuelva. No integran que todo comienza, se desarrolla y tiene un final, así las secuencias se organizan en ciclos con un correlato emocional asociado.

Proceso de Autoobservación

Ya en el abordaje focalizado de sus pensamientos obsesivos y conductas compulsivas propiamente dicho intento ayudarlo a que su conciencia se autoobserve, que tome contacto con lo que su mente hace y con sus conductas para que luego trabajamos ese aspecto.
Utilizo planillas de automonitoreo de pensamientos y conductas obsesivo-compulsivas.
Que observe qué emoción acompaña ese pensamiento obsesivo y qué hace corporalmente, en qué lugar del cuerpo registra la tensión, que la describa. Que autoobserve el proceso de interrupción emocional y la defocalización que se produce una vez que interrumpe su emoción ritualizando (TOC) o persiguiendo compulsivamente un pensamiento idealizado acerca de alguna cuestión que él considera que debe ser de una manera específica, sólo porque así la construyó en su mente, sin integrar las variables ambientales intervinientes que le muestren que por mucho que se esfuerce existen otras variables intervinientes en el mundo que interactúan de manera permanente coconstruyendo su realidad psicofísica y ambiental, y que muchas de estas variables nunca dependieron ni dependerán de él.
Ante la aparición de la idea obsesiva se instala la urgencia del acto compulsivo (conductual o mental). El paciente a veces detecta la idea obsesiva asociada evaluada negativamente, a veces sólo detecta su urgencia por ritualizar. De todos modos así describe un circuito en el que queda atrapado ya que ante la presencia de la ansiedad que sube, realiza el acto compulsivo, la neutraliza, logra alivio y restaura la sensación de control. Todos sabemos que con este accionar el paciente perpetua el ciclo hasta que nuevos estímulos desencadenantes los disparen.
Le propongo al paciente que tolere la emoción que aparece sin interrumpirla, que se quede allí centrado en el presente, busco que gane confianza en que las sensaciones comienzan, se desarrollan y terminan. Que puede esperar que pase con la seguridad que pasará, que autoobserve que cuanto más resiste una emoción más la atasca y dificulta el proceso de resolución. Con esto intento que pare de ritualizar, ya que como dije antes, cuanto más lo hace, más lo refuerza y su aparato psíquico queda a merced de múltiples repeticiones que impiden el contacto con la confianza básica. Por lo tanto, los reprocesamientos son incompletos, ya que lo emocional y lo racional siguen disociados. De este modo el paciente nos dice que él entiende y sabe que sus ideas parecen sin sentido pero no puede evitar hacer los rituales.

- En este recorrido he observado que es difícil que los pacientes quieran conectarse con sus emociones. Quieren no tener obsesiones y no tener que ritualizar por el sabido costo que conlleva, pero rehuyen sentir su miedo y tolerarlo aún guiados. Pueden hablar de él pero al sentirlo automáticamente lo interrumpen. No confían en que sobrevivirán, rápidamente hacen cosas para restaurar la sensación de control, toman las que creen medidas de seguridad, resguardos, y diferentes maniobras para restaurar la sensación de control. Ya que su temor a la pérdida de la sensación de control les resulta muy desorganizante. Me parece importante en esta etapa acompasar a los pacientes en el miedo y el dolor que sienten cada vez que tienen que afrontar su sensación de incertidumbre, ya que están asociadas a niveles de ansiedad tan altos que les resultan desorganizantes. En esta etapa creo que es crucial realizar un sostén emocional muy firme con ellos para ayudarlos a confiar en que todo pasa.
Pienso que aquí la presencia emocional del terapeuta hace diferencias en los resultados, esto todavía lo estoy explorando y será material de otras investigaciones.


Intentos de Control

Cuando continúo trabajando con el paciente sus intentos de control, integro la duda obsesiva como un intento de control más, ya que enfoca su aparato psíquico evitando nuevamente el contacto con la confianza básica. Trabajamos con el paciente con las ideas y evidencias del mundo en que no sé, puedo no saber, no controlar, hay variables externas a mi que me condicionan (siempre las hubo) y aún así sigo viviendo, las cosas pasan, los cambios suceden y mi ser esencial sigue existiendo.
Trabajo con la autoobservación actual de su situación y le pido que reconozca cómo pensaba de algún tema en su infancia, adolescencia, hasta llegar a su edad actual. Que observe el recorrido del pensamiento y cómo ideas que en algún momento eran certezas fueron evolucionando y cambiando. Cómo las prioridades fueron cambiando, los objetivos, los recursos con que contaba en algún momento histórico y con los que cuenta ahora que integre los cambios y la permanencia.

Obstáculos Frecuentes

Los obstáculos más frecuentes que he encontrado son que el paciente confíe en que puede hacer algo por modificar su forma de pensar, ya que la sobrevalora y a lo largo de su vida ha solido identificarse con sus pensamientos. Trabajo “yo no soy mis pensamientos ni mis emociones y sensaciones” que los reconozcan, se autoobserve y transite un proceso de reatribución de nuevo significado personal.

En los pacientes obsesivos he observado una particular dificultad para dejar ir meta inalcalzable, ya sea en los pacientes con toc que buscan la certeza absoluta o garantía o en los pacientes con trastorno obsesivo de la personalidad la idea que la perfección es posible. Esta falta de habilidad para abandonar metas imposibles o cambiarlas por otras los lleva a continuos reprocesamientos de las distintas situaciones repetitivas.

Proceso de Aceptación

Trabajo con el paciente para reestructurar la meta imposible, el camino que recorremos incluye centrarse en el presente, la autoobservación del dolor corporalmente sentido y el tránsito por el mismo. Esta situación que ya he mencionado es rehuida por los pacientes pero debe ser estimulada y sostenida en un contexto de seguridad y apoyo por parte del terapeuta. Incluye la elaboración del duelo por la meta inalcanzable.
Este camino conduce a la aceptación de los límites propios y la integración de las diferencias entre lo deseable y lo posible.
No se trata de analizar el contenido de los pensamientos obsesivos sino de detener la respuesta automática del ritual físico o mental para conectar al paciente con la secuencia emocional asociada y la aceptación de la misma.
En primera instancia pudiendo transitarla sin interrupciones para luego reprocesarla, duelo mediante, y simbolizarla con la mayor cantidad de matices posibles para salir del absolutismo dicotómico todo-nada, ya que este camino ayudará al paciente a integrar diferencias, y sabemos que cuando aceptamos que la vida transcurre en diferencias y paramos de negarlas o pelear con eso algo del orden del sosiego y la calma comienza a aparecer.
http://www.depsicoterapias.com/articulo.asp?IdArticulo=386